Para construir un matrimonio sólido y saludable, es fundamental invertir tiempo, esfuerzo y comprensión. Ciertas palabras, frases y acciones tienen el potencial de perjudicar la relación y llevarla a su deterioro.
Las críticas constantes, los insultos, las mentiras, la falta de comunicación y la falta de apoyo pueden generar resentimiento, dolor y distanciamiento en la pareja, llegando incluso a romper el vínculo matrimonial.
En esta publicación, exploraremos algunos de los errores más comunes que debes evitar en tu matrimonio o relación de pareja.
Pensemos en nuestra relación de pareja como nuestra relación con una planta. Para que crezca sana y fuerte, debemos alimentarla con buena tierra, agregar abono, regarla con la frecuencia requerida y ofrecerle un lugar con luz para que su verdor resalte. ¿Qué pasa con una planta cuando carece de todos estos cuidados? Va muriendo poco a poco hasta que ya no vemos sino un palo seco. Y, si al contrario ¿le damos mucha agua o la exponemos a mucho sol? Se ahoga y las raíces se pudren. Con exceso de sol, se quema.
Pues bien, el éxito de un matrimonio es similar, requiere de un balance. Mucha agua ahoga y mucho sol, quema. Por lo tanto, puede verse afectado por diversos factores como el estrés financiero, la infidelidad, la falta de comunicación, la mala comunicación, las adicciones, las críticas constantes, la falta de detalles, la desconfianza o confianza excesiva, entre otros. Superar estos obstáculos y lograr el balance requiere tiempo y esfuerzo por parte de ambos cónyuges.
Y como siempre exalto la importancia de la comunicación para mantener buenas relaciones interpersonales, tengo que decir que un matrimonio puede cambiar rápidamente dependiendo de las palabras que se utilicen y de la calidad de comunicación que se tiene. Por eso, es importante evitar palabras que parecen inofensivas pero que en realidad ofenden y se acumulan en el corazón y en la mente y junto a otros pequeños detalles poco a poco van dañando tu matrimonio. Evitar ciertas frases y ser conscientes del impacto que estas pueden tener en la relación es fundamental. Bien sabemos que las palabras dichas en un momento de ira o frustración pueden causar arrepentimiento y dañar entre otras cosas, la confianza y la comunicación en la relación.
Conversar después de calmarse es lo que resulta mejor.
Frases a evitar
"Te lo dije" (tono condescendiente)
"Tú siempre..." o "Tú nunca..." (generalizaciones)
"Ya no puedo hacer esto" (amenazas de abandono)
"Te odio" (lenguaje hiriente)
Acciones a evitar
Falta de comunicación
Falta de intimidad emocional
Fata de detalles
Olvidar fechas importantes
Infidelidad (física o emocional)
Estrés financiero/deshonestidad
Falta de confianza/irrespeto
Sarcasmo
Poner los ojos en blanco, insultos
Actitud defensiva (dar excusas)
Culpar
Bloqueo (negarse a comunicarse)
Pero, ¿cómo podemos superar esta etapa y fortalecer nuestro matrimonio? Aquí te dejo algunos consejos:
Comunicación: Mantener una comunicación abierta y sincera con tu pareja es fundamental. Comparte tus emociones, atiende a sus necesidades y tomen decisiones conjuntas.
Respeto: Respetar a tu pareja en todo momento, tanto en público como en privado. Evita los insultos, las críticas destructivas y la falta de consideración.
Apoyo: Estar presente para tu pareja en los momentos difíciles, brindarle apoyo emocional y hacerle saber que estás ahí para él/ella. También en momentos de éxito.
Perdón y olvido: Aprende a perdonar y olvidar. Guardar rencores solo empeorará la situación. Aprende a dejar el pasado atrás y enfocarte en el presente y en el futuro.
Terapia de pareja: Si sientes que necesitas ayuda extra, no dudes en buscar la ayuda de un terapeuta de pareja. A veces, es necesario contar con un profesional para poder superar ciertos obstáculos.
Recuerda que el matrimonio es un compromiso de amor, respeto y compañerismo. Es necesario ser consientes de nuestras acciones y de las palabras que utilizamos al hablar con nuestra pareja. Dedícate a fortalecer tu relación, aplica estos consejos y descubrirás que juntos pueden vencer cualquier desafío que surja en el trayecto. ¡Ánimo!